Shakira París y yo, quién iba a creerlo! De esas cosas que no suceden todos los días. Conocer a Shakira en París ha sido el punto culminante de muchos eventos personales que se ataron a través del tiempo. Los que me conocen saben que Shakira hace parte de mi corta vida por muchas razones. Algunas de mis mejores amistades y aventuras colombianas las vivimos en torno de la cantante colombiana.
El viaje inesperado a París
Fue un buen amigo el que dio la noticia. Me dijo: «prepara una mochila y vamos a conocer a Shakira en París». Me quedé perplejo y meditabundo! Yo venía de aterrizar de un largo viaje. Ni mi mochila, ni mi bolsillo me querían seguir en un plan tan imprevisto. Pero las ganas pueden más que lo anterior.
Shakira…… bueno, es de esos personajes al que o lo amas o lo odias.
Ya conozco al que dice que la detesta, pues ahora no parece latina o porque ya no canta las baladas que todo el mundo amaba, pero que nadie compraba. Es más, no sabía que pintarse el pelo de rubio y cantar en inglés era suficiente para dejar de ser latina. Yo simplemente veo un ser humano motivado con ganas de destacarse en lo que hace. Cante bien o cante mal, baile bien o baile mal; el nombre de esta mujer le está quitando el primer puesto al nombre más famoso de Colombia: el narcotráfico o la violencia.
No voy a atizar debates candentes sobre gustos musicales, no es el objetivo de este relato.
Conocer a Shakira, los preparativos de un plan de acercamiento
Llegando a la lujosa París, nos hicimos la pregunta: Cómo acercarnos a una cantante que está incluida en la lista Forbes, como una de las más exitosas de la última década?
Así empezó toda una preparación meticulosa como si de un viaje se tratara. Entonces una mochila con víveres era necesaria, llamadas a varios contactos claves, estudio del lugar. Teníamos la estrategia que sería la base de la aventura, el resto estaba echado a la suerte.
La cita de los medios era a las 17:30 de la tarde en un renombrado almacén de perfumes en una de las avenida más «chic» del mundo: los campos Elíseos. Nosotros decididos, llegamos a las 08:30 de la mañana y no éramos los primeros. En el lugar ya habían 20 personas instaladas. Aquellos que se hacen llamar club de fans empedernidos, de los que matan y comen del muerto por su artista.
Esperar es largo y fastidioso. Pero esperar sin saber lo que obtendrás lo es aún más.
Guardamos nuestro puesto con recelo, entre codos y vivarachos queriendo colarse. Diez horas después vi como una avenida de por sí transitada, se convertía en un mar de gente con un mismo propósito: ver a la colombiana que mueve las caderas. Sinceramente dudamos de nuestras posibilidades de acercarla.
La calle se transformó en una entrada de gala; tapete rojo, cientos de periodistas, miles de seguidores, muchos agentes de seguridad y muchos curiosos hicieron presencia.
A la hora anunciada, una persona pasó repartiendo las confirmaciones de ver a la artista. Nosotros teníamos el puesto N° 20 para ver a la cantante! Al parecer era inminente el encuentro. Respiramos tranquilos o casi. Empezamos a preguntarnos qué se le dice a Shakira una vez la tienes en frente?
Que se le puede preguntar o decir a una artista que ha vendido más de 70 millones de álbumes en el mundo, sin quedar como un pendejo?
Agreguen también la presión de hacerlo en frente de cientos de personas y de un centenar de fotógrafos y medios de todo el mundo.
La hora cero…el encuentro con la «reina latina» de la música
Los gritos y la histeria se apoderaron de los campos Elíseos, anunciando la llegada de la colombiana. Pequeña (bastante), vestida de negro, más rubia que nunca; como desafiando las críticas. Sonriente y queriendo saludar de mano y beso a todo el que se le atravesara.
Después de su ingreso, se instaló en un stand y empezó el destello de cientos de flashes y de fotografías frenéticas. Antes de pasar a conocer a Shakira, las indicaciones increíbles y absurdas del staff de la artista: no la toques, no te demores, nada de abrazos, no le entregues nada en las manos, no fotos personales, etc y etc.
Mi presión subió y una vez llegué en frente de Shakira… nada, me quedé bloqueado. Mi tartamudez infantil salió a flote. Yo que pensaba que ya estaba curado. Shakira me mira y me dice en inglés -como te llamas?- Al responderle en español le conté que había nacido en Santa Marta cerca de la natal Barranquilla de Shakira.
Ella me quería escribir unas palabras sobre un CD que me habían prestado, pues yo no tenía nada para que firmara. No me gusta recolectar firmas de nadie. Lo único que se me ocurrió fue de decirle el nombre del dueño del artículo : Dairo! le dije (todavía tartamudo). Ella se ríe y dice: «otro Dairo?, cuantos Dairos hay hoy?. No te creo!
Esta mujer despide un aura tan fuerte que me devolvió la seguridad. En ese instante mi lengua retomó un ritmo normal y en dos minutos intercambiamos tantas palabras, que sentí que hubiese sido una hora entera de discusión. Cereza sobre el pastel, al despedirme se acerca para plantarme dos besos en la mejilla.
Shakira: la mujer real
La verdad no soy de los que gustan pertenecer a clubs de fans o admirar a tal punto un artista que les haga un pedestal. Eso no lo es mío. Conocer a Shakira fue para mi un momento de observación física y de intercambio con alguien que ha tenido la inteligencia de imponerse y tenido éxito en un mundo musical competitivo y voraz.
Lo que puedo decir es que Shakira es una mujer común y corriente. Que si la cruzo en la calle no me doy cuenta que es la artista internacional que es. Shakira es super pequeña con sus 1,57 metros, por lo que usa unos tacones con plataforma enorme. Sus dientes son amarillentos y grandes y sin embargo vende su imagen con cremas dentales? Viva el marketing y el photoshop! Al final conocer a Shakira es la prueba de que con esfuerzo en inteligencia se puede canalizar el talento para destacar en medio de un mercado competitivo.
Como conclusión, es que Shakira es una dama con una energía desbordante y una sencillez humana no muy común para su medio.
Vidéo del evento con Shakira en París en vivo
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