Lisboa Portugal, visitar la ciudad en el tranvía 28

Hay países que no necesitan de grandes preparativos para visitarlos; en donde el ritmo del viaje se lleva con parsimonia y ligereza. Visitar Lisboa sería mi segunda vez en Portugal, todavía guardaba frescos los recuerdos del primer viaje a porto. En este viaje, el tranvía 28 de Lisboa me mostraría la ciudad desde otra perspectiva. Portugal es un país que me fascina, pues aparte de lo barato que puede ser para un viajero, su gente posee un alma latina, calurosa y amañadora.

Este es un relato sincero de una de las diferentes maneras que tienen para visitar Lisboa. Si desean programar actividades o visitas de esta bella ciudad portuguesa, no dudes en consultar las diferentes opciones de tours y actividades en Lisboa.

Tranvía 28 en Lisboa Portugal : un recorrido no premeditado

Habíamos llegado a media noche a Lisboa y teníamos prisa de recorrerla. En la mañana salimos a conocer la capital portuguesa, con solo un mapa y una lista prefabricada de lugares a visitar. Pero como suele suceder, no teníamos ni idea de por dónde comenzar !

Nos dejamos llevar por las calles animadas, hasta llegar de sopetón al parque Martím Moniz. El día estaba frío y lluvioso y no estábamos muy motivados para caminar. De pronto, un visible aparato amarillo e inesperado apareció; un tranvía antiguo y vintage numerado con la ruta N° 28. Era la primera vez que veía un viejo tranvía como ese. Al principio creí que era una atracción exclusiva para turistas, pero luego comprendí que se trataba de un medio de transporte público en la ciudad de Lisboa. Encaramados en el eléctrico 28 (como le llaman los portugueses), íbamos dispuestos a dejarnos llevar a donde quisiese la máquina amarilla.

No sabía para dónde iba exactamente y eso me gustaba.

Me agradan los imprevistos, los viajes cuadriculados me dan alergia y comezón. El primer contacto con la ciudad de Lisboa, sería entonces a bordo del tranvía 28. En su interior, los toques de madera crean un ambiente de antaño y de melancolía; que combinaba perfecto con el día gris y lluvioso. Único problema, yo estaba muy mal ubicado. El tranvía 28 es tomado tanto por gente local como por extranjeros. Como soy cortico de estatura e iba de pié, el único paisaje que veía eran escotes y axilas de los pasajeros. Desinteresado por este tipo de paisajes, decidí acomodarme al lado del conductor. Me deslicé tan rápido que terminé en la cabina, en un rinconcito con una vista increíble del trayecto y justo al lado de los mandos del aparato.

Parecía un niño admirativo del conductor y de su arte de conducir semejante clásico. El señor me miraba sonriente de vez en cuando; yo creo que se preguntaba : «y este a qué horas se me acomodó en la cabina?». De ahí no me movería ni mandrake. Tenía en frente una vista sin igual, las colinas de Lisboa me ofrecieron unas panorámicas perfectas y reales. Veía la gente en su caminar, las calles húmedas y los balcones floridos adornados de ropa.

Estaba viendo maravillado el diario vivir de Lisboa subido en un tranvía. Cuando las personas se subían y saludaban, yo respondía en coro junto con el chofer : «bom dia!», me había apropiado del tranvía 28. Tanto, que sufría las maniobras del conductor para pasar por estrechos pasajes. Conducir el tranvía por calles tan estrechas debe ser una gran proeza.

Visitar los miradores de Lisboa

La ruta del tranvía 28 pasa por barrios emblemáticos de Lisboa, lo que lo convierte en un medio privilegiado para recorrer algunos buenos atractivos de la ciudad. Se podrán percatar que Lisboa tiene varias colinas desde las cuales descubrir la ciudad. Sus varios miradores dan la posibilidad de admirar grandes monumentos de la ciudad, como el imponente puente 25 de abril sobre el río tejo, o el castillo de San Jorge sobre una colina imponente.

En nuestro caso llegamos hasta el final de la ruta sin bajarnos, y luego en la ruta de vuelta nos bajamos en los puntos interesantes que habíamos observado. Me despedí del conductor, quien en broma me dijo que la jornada laboral del copiloto no había terminado.

El clima más clemente en la tardecita, nos recorrimos casi todos los miradores. Luego seguimos bajando, dejándonos perder por callejones en busca de las orillas del río.

Nuestro primer contacto con Lisboa no tenía cara de nada al principio, pero se convirtió en un perfecto día de visita. Sin lugar a duda, el tranvía aporta un toque especial a la ciudad. Lo clásico y lo antiguo disponibles como atractivo turístico.

Visitar Lisboa en el tranvía 28 : Consejos e informaciones

El tranvía es una forma económica e interesante de conocer y recorrer Lisboa en Portugal. Dentro de ellos el tranvía 28 es un clásico que no se deben perder.

• El recorrido parte del parque Martim Moniz, en el centro de la ciudad.
• La última estación es el Campo Ourique (prazeres).
• El recorrido dura 40 minutos aproximadamente.
• El precio del pasaje es de 2,85 euros por trayecto (precio del 2014).
• Las estaciones son las siguientes :

Lisboa propone 5 rutas de tranvía. Yo les aconsejo que dediquen si posible un día para todos los recorridos en tranvía, o una o dos rutas cada día; dependiendo del tiempo con el que cuenten. Las rutas del tranvía son :

• La 12E : Es una ruta circular, se toma en la plaza de Figueira.
• La 15E : Parte de la plaza Figueira y va hasta el jardín de Algés y viceversa.
• La 18E : parte de Cais Sodré hasta el cementerio de Ajuda y viceversa.
•  La 25E : parte de la Rua (calle) de Alfandega hasta campo Ourique (Prazeres).
• La 28E : ver datos detallados más arriba.

• Para información sobre precios y horarios, pueden visitar el sitio web del transporte publico de Lisboa.
• Oficina de turismo de Lisboa.