La momia Nasca de 8 años: visita al museo regional de Ica Perú
Llegamos a la ciudad de Ica en horas de la mañana procedentes de Lima. En Ica comenzaría en serio nuestro viaje de 28 días por el sur del Perú y algunos destinos en Bolivia. En ese instante la prioridad en Ica era la de visitar el renombrado oasis de la Huacachina, para luego seguir inmediatamente hacia Nazca, nuestro próximo destino. Habíamos leído varios blogs de viaje, y los relatos recomendaban NO tardarse demasiado en la ciudad. Aparentemente, para algunos viajeros Ica es un destino sin mucho interés. Pero siguiendo el consejo de uno de los habitantes, nosotros terminamos en un museo un poco extraño a las afueras de la ciudad, en busca de una tal momia de un niño indígena de la zona.
La visita resultó cargada de mucho misterio, pero sin lugar a dudas muy enriquecedora culturalmente.
Qué visitar y ver en Ica : el consejo callejero
Después de instalarnos en el hotel salimos a caminar y a tomar el fresco. La ciudad de Ica no es muy grande y la vuelta por sus calles fue rápida. Buscando protegernos del sol inclemente terminamos sentados en una de las banquetas de madera del parque central, bajo la sombra de un gran árbol frondoso de flores blancas que olía a miel acre.
Justo enfrente de nosotros, una gran casona amarilla de estilo colonial iluminaba todo el lugar. Una brisa sabrosa removía los árboles del parque, mientras los pasantes nos miraban con ojos de curiosidad.
En esas un joven vendedor de paletas nos saludó preguntando de dónde veníamos. – Por más que quiera uno, a veces es imposible pasar desapercibidos.- Le dije que yo era colombiano y mi amigo francés, también que era nuestra primera vez en el Perú. Intrigado, acomodó su carrito paletero y empezó a hablarnos sobre la región y sobre lo difícil que era ganarse la vida allí. Luego empezó a contarnos sobre las diferentes comunidades indígenas que ancestralmente habían habitado la región de Ica. En su voz se podía percibir lo orgulloso que se sentía de su pasado y de su cultura. Pero también me percaté de una ligera nostalgia de esas épocas pasadas.
Entre historias, risas y paletas, el joven nos recomendó visitar el museo regional de Ica.
Asegurando que podríamos apreciar una colección de momias prehispánicas en muy buen estado de conservación. También insistió mucho con que conociéramos la momia de un niño de 8 años de la cultura de los Paracas.
Tanto nos contó sobre el lugar, que nos despertó una curiosidad enorme. Pensándolo bien yo nunca había visto una momia en mi vida. Y para serles franco, la historia de la momia del niño me cautivó fuertemente.
Transporte en Ica Perú : en el zorro, moto-taxi multicolor
En Ica Perú no es problema encontrar un medio de transporte. Los taxis y los moto-taxis pululan. En algunas horas del día pueden ser agobiantes con sus pitos innecesarios por las calles de la ciudad. Hacen sonar el claxon (pito) a tal punto, que el ruido se vuelve insoportable al cabo de un par de horas. En Ica no son los clientes los que preguntan a los moto-taxis por un servicio, al contrario! son los moto-taxis los que a punta de pitadera van preguntado a los posibles clientes para proponer una carrera.
Al final nos dimos al juego de buscar el moto-taxi que más nos llamaba la atención, el más particular y original. Y lo encontramos! El vehículo parecía una feria multicolor y aparte tenía un nombre: «Zorro».
Embarcados en el «Zorro» nos dirigimos hacia las afueras de Ica, hasta el museo regional de la ciudad.
En medio de una polvareda y de un calor bochornoso recorrimos a todo lo que el motor podía las destapadas calles de la ciudad. El ejercicio de viajar en moto-taxi en Ica es una verdadera hazaña vertiginosa, de la cual mis riñones se acordarán toda la vida.
Visita del Museo regional de Ica Perú: Adolfo Bermúdez Jenkins
A pesar de la imprudencia del conductor llegamos salvos a las puertas del Museo regional de Ica. Bajé del aparato aún con mareo y me dirigí hacia el portal. La fachada de la construcción es bastante austera. Pero al interior un exuberante mundo cultural prehispánico se abría a nosotros. Los únicos visitantes éramos nosotros.
Discutí un buen momento con el vigilante del lugar, y sin pedirlo se propuso a acompañarnos durante el recorrido. Recuerdo su nombre perfectamente, pero cómo olvidarlo? Se llamaba «Divo», un señor bastante elegantón en su uniforme caqui, de una gentileza inmaculada. Lo primero que nos contó fue sobre las dificultades que tienen los pequeños museos peruanos, frente al saqueo y al mercado negro de obras incaicas. Nos mostró la foto de un manto centenario que antes se encontraba en el museo, pero que había sido robado varios meses atrás. Muchas de los tesoros culturales e históricos de la región se encuentran en colecciones privadas europeas. Una verdadera ultranza contra los herederos culturales peruanos.
Las salas no estaban muy bien iluminadas, pero lo suficiente para admirar el ingenio de las civilizaciones pasadas. Se destaca que estas comunidades antiguas habían alcanzado un nivel de organización social bastante avanzado. Los pueblos indígenas de la época desarrollaron a un nivel ejemplar la agricultura, los acueductos y el comercio. Las vitrinas contienen muchas piezas de cerámica, de tejidos, de instrumentos musicales y de herramientas que cuentan el misterioso y rico pasado de las culturas Paracas, Nazca, Wari, Chincha e Inca que habitaron las regiones aledañas.
Varias pequeñas salas intentan separar por temas lo que se expone. Entre las explicaciones del señor Divo y las leyendas del museo, la visita se convierte en un verdadero viaje a través del tiempo.
Pero mi asombroso alcanzó un punto culminante al llegar a las salas de las momias. Las imágenes que estaba observando no se parecían a nada que yo hubiese visto antes. Los cuerpos momificados contaban historias de viajes al «más allá» y desgarradoras escenas de horror a causa de los sacrificios mortuorios y de las enfermedades que amainaban en ese entonces las poblaciones.
La conservación de las momias es tal, que se puede incluso apreciar los peinados y las largas cabelleras cadavéricas. Tenía escalofríos y llevaba los pelos de punta.
Momia de niño prehispánico de la cultura Paracas en Perú
Haciendo la vuelta de la última sala, me topé de frente con la momia de la que me había hablado el joven paletero en el parque de Ica. Viendo la figura y la posición de la momia, entendí la insistencia del joven.
Esa parte de la sala del museo regional de Ica está dedicada a la momia infantil. Al parecer fue objeto de varios estudios científicos para determinar el origen, la pertenencia, la edad y la causa de la muerte. Varias de las radiografías y de los resultados del estudio se exponen al público, para ayudar a comprender la vida y sobre todo la muerte de esas comunidades.
El niño indígena tenía 8 años, vivió en el año 600 d.c aproximadamente y pertenecía a la comunidad Nasca. Los resultados forenses muestran que el niño duró inválido y postrado muchos antes de morir y el deceso fue a causa de tuberculosis y de una infección renal.
La posición y los elementos de la momia son bastante intrigantes y están cargados de mucha melancolía. El ajuar de entierro contenía mantos, un turbante, collares de semillas, oreja y corazón de llama, penachos de plumas y varias cerámicas decoradas. Sentí una avalancha de sentimientos al conocer la historia detrás del cuerpo momificado. Me hice mil preguntas sobre la manera en que vivían y que morían los pueblos indígenas siglos atrás. Al parecer la esperanza de vida no superaba los 30 años de edad y las condiciones eran fuertes entre las costumbres y los ritos místicos que los poseía.
Salí del lugar ligeramente consternado por el pasado, pero muy agradecido por la posibilidad de descubrir el Perú cultural, histórico y desconocido que se abría en frente de mí. Agradecí en mi mente al joven vendedor de paletas por su gran consejo de visitar este museo, y le ofrecí un sincero apretón de manos al señor Divo por sus explicaciones y su voluntad sincera.
El viaje para descubrir el sur del Perú debía seguir.
Información y consejos para la visita del museo:
- El museo regional de Ica es pequeño y un poco falto de mantenimiento, pero está considerado como uno de los más importantes del Perú por el valor histórico y cultural de sus piezas arqueológicas.
- Horarios : de martes a viernes de 08:00 a 19:00, domingos y feriados de 08:30 a 18:30.
- Tarifas : 10 soles peruanos.
- A pesar de lo folklórico de los moto-taxis, estos son una de las mejores opciones para desplazarse en Ica. Exijan prudencia al conductor!
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Reseña de mi visita al museo regional de Ica
Acceso al lugar
Interés turístico
Relación calidad-precio
Información
Educativo e interesante
Abrebocas de la riqueza cultural prehispanica del Perú. Muy recomendado!